El diputado nacional Miguel Pichetto opinó este viernes sobre el escándalo que envuelve al expresidente Alberto Fernández, luego que se revelaran fotos de Fabiola Yáñez golpeada, y consideró que “es el último exponente de un proceso de decadencia muy brutal”.
Para el jefe del bloque Encuentro Federal, el hecho “ratifica una mirada de doble moral, el esquema de la cuarentena, las fiestas, la política de género exorbitante y, por el otro lado, mujeres que estaban cercanas al expresidente que no hicieron nada. Es todo muy patético, produce un daño enorme y explica el fracaso y la decadencia de este Gobierno y el surgimiento de Javier Milei. Esta es la explicación más clara, más contundente, de por qué Milei gobierna hoy la Argentina”.
En este sentido, el legislador observó que “la gente percibía que había un discurso y una retórica que no se ajustaba a la realidad. Un modelo de Estado presente, de planes y jubilaciones para todos, una política de género que tenía ministras que habían llenado los ministerios y no hacían nada”.
“La política de la cuarentena es el punto dramático de la vida argentina: fundió a un montón de gente y gobernaban médicos que podían tener buena fe, pero no había una visión económica. La gente se fundía, no podía despedir a sus deudos en el cementerio, se morían solos”, repasó.
En declaraciones a Radio Mitre, Pichetto graficó el momento actual del exmandatario: “Hay un libro de Soriano que tiene un título muy interesante, ‘Triste, solitario y final’, me parece que hoy es esa la situación del expresidente”.
Luego agregó que Cristina Kirchner “es la persona que lo eligió, tiene todas las responsabilidades también”. “Siempre sostuve durante el proceso electoral (de 2019), y es una de las causas por las cuales también me fui del peronismo, que la vuelta del kirchnerismo implicaba un nuevo retroceso, ideas viejas, una visión de La Cámpora que atrasa 50 años, esta visión camporista de bajar de la sierra para hacer una pseudo revolución que tampoco existía. Todo este modelo que nos llevó al fracaso rotundo, al gasto público exorbitante, a seguir emitiendo”, sumó.
Por otro lado, fue consultado por la decisión de su bloque de no dar quórum en la sesión del pasado miércoles y aseguró que es “nada dramático”. “Había cuatro temas que estaban acordados y no resistían inconvenientes y estábamos dispuestos a votarlos. Lo que ocurre es que la Cámara se ha convertido en un ámbito de, ‘venga y diga cualquier cosa’, ‘venga y sea comentarista de las noticias del día’. La mitad del tiempo se insume en cuestiones de privilegio. Habla cualquiera, los sectores de la izquierda dura hablan más de lo que representan, el bloque de La Cámpora siempre tiene 50 diputados para hacer cuestiones de privilegio. Es inviable este sistema de funcionamiento y me parece que hay que ponerle un límite”, explicó.
Sobre eso, consideró que estimar 24 horas de sesión para el temario que había era “un disparate”. “El motivo de no dar quórum fue el escenario que estaba previsto para hacer un festival donde cada uno iba a hablar de lo que quería. Toda la agenda iba a estar centrada en la problemática del presidente que la golpeaba a la mujer, los que fueron a Ezeiza, los que vinieron de Ezeiza, el tema de que algunos sectores del peronismo que todavía defienden a (Nicolás) Maduro. 20 horas”, expresó.
El diputado aclaró que la decisión “no es el contra del presidente” del Cuerpo, Martín Menem, aunque afirmó que “se requieren sesiones ordinarias y tratamiento de los temas en comisión”. Dijo que el riojano “tiene buena voluntad, buen diálogo, el estilo Menem, de convivencia, pero hay temas que están pendientes”.
Respecto de esto último mencionó que hay bicamerales, entre ellas la de Inteligencia, pendientes de armado y reclamó que “hay que armar las comisiones con un criterio de proporcionalidad”. “El Gobierno le ha dado al kirchnerismo seis lugares sobre 14 en la Comisión de Inteligencia; los hombres más duros y más profesionales en esta materia van a integrar la comisión. La verdad no entiendo. En lugar de lograr equilibrio y acordar con los bloques que le hicieron posible aprobar los dos temas importantes de su primera agenda… Bueno. Y también terminan acordando con un sector del radicalismo muy particular, que tiene su centro en la Ciudad de Buenos Aires”.